12.18.2014

FELIZ NAVIDAD...


Hoy necesito tu palabra
para no morir en cualquier esquina
de un poema, de una calle del alma.

       Manuel Dato

¡FELIZ NAVIDAD!

11.23.2014

UNA NUEVA EXPERIENCIA LITERARIA HECHA REALIDAD













Agradecemos a todos los que, tanto en Murcia como en Cieza, asistieron y colaboraron con nuestro Grupo, e hicieron posible estos dos actos literarios de altura. 
Gracias por su calor y apoyo.

11.18.2014

INVITACIÓN


Os Invitamos.
En Murcia el viernes 21 y en Cieza el sábado 22, ambos actos a las 19,30 h. 

11.14.2014

EN MURCIA, Y EN CIEZA, PRESENTAMOS EL NÚMERO 14 DE ACANTO.

El próximo Viernes día 21 de noviembre, a las 19,30h. en el Centro Cultural Las Claras de la Fundación Cajamurcia de la capital murciana, tendrá lugar la Presentación del número 14 de nuestra colección de libros ACANTO que contiene la obra Anochece, Platero del escritor y periodista madrileño JORGE CELA TRULOCK, hermano menor de Camilo, de quien Francisco Umbral dijo: el mejor cuentista de mi generación.
El acto estará presentado por los escritores Dionisia García y José Luis Martínez Valero, junto al coordinador de La Sierpe y el Laúd, Ángel Almela.

El día siguiente, Sábado día 22, a las 19,30h., en el Aula de Cultura de Cajamurcia de Cieza, tendrá lugar la Presentación de este libro allí donde hace su trabajo este Grupo de Literatura ciezano de La Sierpe y el Laúd.

Jorge Cela, Madrid 1932. Licenciado en Periodismo. Escribe cuentos, artículos, reportajes, novelas y relatos cortos. Tiene veinte títulos publicados. Desde hace unos años se dedica a las novelas cortas. Quizá podría decirse que vive para escribir pero nunca escribe para vivir. 

Como es tradicional en los actos de presentación de la Sierpe y el Laúd, al final de los mismos se ofrecerá el libro a los asistentes.

A todos los seguidores de nuestro Grupo, a los de la Colección ACANTO y a todos en general, OS INVITAMOS A ASISTIR A ESTOS ACTOS, en el convencimiento de que dada la experiencia vital de Jorge Cela, y su quehacer literario, pasaremos juntos un magnífico momento.

¡QUEDÁIS INVITADOS! 

10.28.2014

MI INFANCIA SON RECUERDOS...

(Fotografía de Canrado Navalón)
(Artículo publicado en El Mirador el 25 de este mes y escrito por el sociólogo, escritor y miembro fundador del grupo de literatura La Sierpe y el Laúd, JESÚS A. SALMERÓN GIMÉNEZ)

A mi madre, in memoriam

En la memoria habitan rincones de felicidad, recuerdos del paraíso: La luz de verano bruñendo los fragantes melocotones, mudando su último verdor en oro; el aire transparente y frío de las mañanas de invierno: los domingos que madre me llevaba de la mano a la primera misa del día en el convento de Las Claras; la huerta en primavera, que cada marzo nos regala la sinfonía de flores que componen sus árboles frutales (albaricoqueros, melocotoneros, almendros, ciruelos…), anegando de luz el breve universo de aquellos días.
Desde muy joven, por esa huerta prodigiosa se aventuraron mis pasos, que se tornaban impacientes al escuchar, al fondo, el rumor de las aguas del río, húmeda serpiente emboscada entre juncos y cañaverales. Era el río Segura, ante el que experimentaba siempre un renovado asombro al acercarme al fragor de su corriente. Cuando cruzaba el Puente de Alambre, tenía que apartar la mirada del fluir incesante de aquellas aguas, atisbadas a través de los costurones y agujeros de los desvencijados tablones del puente, que, vencido por siglos de pasos, carcomido por la codicia del tiempo, a duras penas lograba mantenerse firme al paso del caminante. 
A otro lado del río, la huerta se empina hasta alcanzar el monte que faldea la Atalaya, la mole rocosa que, vertical y poderosa, se irgue sobre el valle. Y allá iba yo, monte arriba, en perpetua búsqueda de aventuras: primero alcanzaba el casón del Tío Perico, antaño venta troglodita, en cuya explanada, junto al habitáculo horadado por puertas y ventanas que hacía de venta, y que refrescaron en su día, según contaban, un pozo artesano y la sombra trenzada de verdes parras, habían celebrado sus bodas y bautizos los ciezanos de la posguerra; ahora sus ventanas se habían convertido en ojos vacíos, en bocas desdentadas sus puertas, costras del monte, oquedades en la tierra arcillosa donde se cobijaban las culebras y los perros asilvestrados, que mostraban sus dientes al visitante desavisado.
Sorteando el aquelarre de los perros, con un palo recio que me había dado mi abuelo para estas, o parecidas, situaciones, seguía escalando la montaña por su lado este, hasta llegar al cerro del Castillo, que da nombre la edificación que lo corona: un castillo de origen musulmán del que sólo queda un triste lienzo de muralla y una torre semiderruida. Bajo el castillo, en su ladera, se halla el poblado islámico de Siyasa que, por aquel entonces, descansaba todavía ignoto bajo tierra. Pasarían algunos años hasta que mi hermano Paco, junto a otros jóvenes aprendices de arqueólogos, encontrarán dos piezas cerámicas con figuras humanas. Tirando de aquel hilo, salió un poblado islámico con 800 edificaciones, que apenas se había tocado desde que sus habitantes, por lo visto, ante lo que se les venía encima, lo cerraran y lanzaran las llaves al fondo de la Historia. (En el lavadero de mi casa, durante algún tiempo, reposó, en un anaquel, una calavera a la que mi madre, en las vísperas del día de los Santos, encendía respetuosamente una mariposa de aceite en señal de oración por el difunto).
Antes de todo aquello, el poblado era para mí tan sólo un cerro pelado, barrido por aires inclementes, en el que tomaba un respiro antes de subir al castillo, cuyo misterio resistía al estado lamentable en que se encontraba. Las leyendas que había escuchado sobre él parecían ulular en el arrastre del viento, y mi corazón se sobrecogía cuando pasaba por la Cueva del Lobo, muy próxima a aquellas paredes derrumbadas. Esta cueva tiene una entrada semioculta entre las rocas, y se desciende a su interior por un estrecho pasadizo que luego se abre de golpe a la bóveda celeste, dejando a la izquierda un inmenso precipicio que parece llegar hasta el fondo del valle, y a la derecha una pared rocosa, casi vertical. El angosto sendero, entre la pared y el vacío, que conduce hasta la salida, al otro lado de la cueva, yo lo recorría siempre con el corazón en un puño, o con los latidos desbocados, pero sin volver la vista atrás, sin arredrarme ante aquel, así me lo parecía a mí, descomunal desafío. Con la última luz naranja del sol bañando la tierra (vencido y desarmado el día por el ejército de las sombras, que se alargaban amenazadoras tras mis pasos), volvía al pueblo donde me aguardaba el estruendoso griterío de los grajos, que volaban enloquecidos, casi a ras del suelo, en el declinar del día. 
El hogareño sonido del entrechocar de los platos al disponerlos madre en la mesa para la cena y su grito pelado al verme, con aquel aspecto desharrapado y cubierto de sangre, como a Cristo cuando lo bajaron de la Cruz, según decía, es lo que más recuerdo del final de aquellas tardes remotas en las que exploraba el mundo. Y, como Ulises al regresar a su verde y humilde patria de Ítaca, olvidaba todos los prodigios que me acontecieron en el día, en el largo viaje de mi infancia.

10.22.2014

Nº 14 DE ACANTO

El Grupo de Literatura La Sierpe y el Laúd quiere informar de que el Nº 14 de nuestra Colección de libros, ACANTO, que contiene una obra del escritor madrileño, JORGE CELA TRULOCK, llevará por título ANOCHECE, PLATERO.

Se trata de un conjunto de relatos breves que conforman un excelente número.

Este libro será presentado el próximo día 21 de Noviembre (viernes), en el Centro Cultural Las Claras que la Fundación Cajamurcia tiene en Murcia, y el día siguiente, 22 de Noviembre en el Aula de Cultura de Cajamurcia de Cieza.

Más adelante os daremos una información más completa sobre el libro y estos actos literarios.

10.13.2014

PEDRO MASSA, CIEZANO: UN CLÁSICO DEL PERIODISMO ESPAÑOL


(Por PASCUAL GÓMEZ, miembro del Grupo de Literatura La Sierpe y el Laúd. Artículo publicado en semanal El MIrador -texto íntegro-)
Periodista, escritor, abogado, comediógrafo, traductor y adaptador de obras teatrales, director de editoriales e historiador, Pedro Massa Pérez (Cieza, 1895; Buenos Aires, 1987) fue considerado el decano de los corresponsales de prensa en el mundo y uno de los grandes del periodismo español. El Grupo de Literatura La Sierpe y el Laúd ofrece unas notas para una biografía, aún inexistente, de este ciezano nacido en la calle Larga que se convirtió en el primer profesional en reunir los premios periodísticos Mariano de Cavia (1933) y Luca de Tena (1936).

Para hacer rubio al moreno hay tintes, pero no los hay para hacer periodista al que no lo es. El periodista tiene vocación o no la tiene. Y si no la tiene, no hay carrera que se la dé. Tiene que curtirse en el oficio, y ha de morir en él pensando que aún no lo sabe todo. Pedro Massa es un ejemplo, sin ir más lejos, que provoca una inmediata adhesión: tal vez sea su temperamento periodístico; tal vez sea ese ardor propio de los hombres arañados por la adversidad; tal vez sea su tolerancia sin límites. Era un ser humano de una inteligencia y de una clarividencia absolutas.

Recién cumplidos sus 38 años, en 1933, ya había ganado un premio Mariano de Cavia por su artículo ‘Sardana en la montaña y sardana en la ciudad’. Tres años después recibiría el premio Luca de Tena por ‘Juguetes’, siendo el primer profesional que obtenía ambos galardones concedidos por el diario ABC. También llegaron más reconocimientos, entre ellos, la Cruz de la Encomienda de Isabel la Católica de manos del rey Juan Carlos I en 1977. Cinco años más tarde recibía también la Encomienda de Número de la misma orden. Él fue el gran periodista español, tan audaz, tan desmesuradamente brillante.

Con tan solo 17 años publicaba su primer libro ‘Realidades y ensueños’ dedicado a personajes relevantes de la sociedad ciezana de su tiempo. Estudió abogacía en Murcia y Madrid y comenzó su fecunda actividad periodística en los diarios El Liberal, Crónica y ABC, manteniendo sus colaboraciones literarias con semanarios murcianos y ciezanos de la época. Transitó con enorme acierto la prensa y dominó como pocos el uso del lenguaje y tuvo una personalidad literaria fuera de lo común. Republicano, en 1933, fue designado por Manuel Azaña gobernador civil de Huesca, abandonando España en plena guerra civil para exiliarse a Argentina.

Vivía retirado desde que en 1981 cumpliera cuarenta y cinco años como corresponsal del diario ABC en Buenos Aires y América del Sur. También escribió en otros periódicos bonaerenses como La Prensa y La Nación, defendiendo con ahínco la cultura española en todas sus manifestaciones y vertientes. Descansaba pues de una trayectoria profesional tan internacional y fructífera como llena de sacrificios, premios y reconocimientos. Abarcó un registro sumamente diverso de retos profesionales como escritor, comediógrafo, traductor y adaptador de obras teatrales, director de editoriales e historiador.

Cuando murió Massa en Buenos Aires el 21 de septiembre de 1987, su viuda y su hija recibieron las muestras de pésame de amigos, colaboradores y representantes de asociaciones de la colectividad española y del mundo cultural y literario de la capital argentina. Dijeron los periódicos que el decano de los corresponsales de prensa en el mundo falleció a consecuencia de una afección cardio-respiratoria. Nueve años después de su muerte, el Ayuntamiento de Cieza dio su nombre a una calle de la ciudad. Cabe recordar que alivió la nostalgia por su pueblo natal regresando al menos en cinco ocasiones.

El periodista ciezano, muy respetado y querido entre la sociedad bonaerense, labraba la amistad, y tenía muchísimos amigos. Y es que conoció y trató a todos los compatriotas que pasaron por este país Ramón Gómez de la Serna, Clara Capoamor y Claudio Sánchez Albornoz. Además, ejerció como promotor y directivo de algunas de las más importantes instituciones españolas en Argentina como por ejemplo la Asociación Española Patriótica. Fue uno de los más firmes y apasionados representantes de la cultura española en Hispanoamérica, donde ejerció con singular brillantez no solo el periodismo sino también la literatura y el ensayo.

Para elaborar esta reseña ha sido necesario rebuscar en su esquiva biografía hasta levantar acta de una existencia apasionante, no solo por la polifacética personalidad de este ilustre ciezano sino por los destellos brillantes de un periodista consecuente con su forma de ver el mundo y de vivirlo. Pero valga este breve artículo para recordarlo, y La Sierpe y el Laúd, como grupo literario ciezano, tiene a bien referir algunos de sus muchos méritos profesionales y literarios. En su haber tiene un póker de obras maestras: ‘Espíritu y color de España’, ‘Murillo’, ‘Esta España inagotable’ y ‘Españoles’. También dirigió la revista Hispania.

Para Massa, el periodismo debía ejercerse con vigor. Era un defensor de la calidad y de la cultura como valores diferenciadores de los periódicos. No solo fue periodista, sino que reivindicó el papel del periodista. A todos los que trabajaron con él dejó una huella enorme. Sobre él dejó escrito Julián Marías en el prólogo de una de sus obras: “Ese apetito vital que ejerce sin preocuparse demasiado en reivindicarlo”. También dijo que “al volver los ojos hacia España, Massa se siente en franquía frente a los temas y aspectos, próximos, remotos, ilustres, menudos, entrañables y divertidos. Por eso nos da una España tridimensional, con olor y sabor, de excepcional riqueza”.

En palabras de Martín Prieto, “tuvo la rara modestia de calificarse a sí mismo como autoexiliado y jamás se enzarzó en las peleas ultramarinas entre rojos y nacionales; gozaron de su amistad desde comunistas hasta falangistas en tanto en cuanto fueran hombres de bien. Republicano cabal, le vimos por última vez con vida en la embajada de España: ya muy viejito y con dificultades para caminar sin ayuda, se tomó la molestia de no rechazar una invitación oficial para festejar el santo del Rey. Fue un gran hombre, frustrado, como tantos, por el cainismo español, pero tocado por la gracia de los que desconocen la miseria del rencor”.

Pedro Massa Pérez tiene, sin duda, un sitio en la historia del periodismo español, al haber sido capaz de desplegar, con una tenacidad inusual, una trayectoria profesional sobresaliente. La vida de uno de los periodistas españoles más grandes de todos los tiempos se apagó definitivamente en vísperas de la primavera austral de hace diecisiete años. Queda su legado, que fue creciendo en la adversidad del exilio. Una obra total, forjada con rigor y sin concesiones. Se trata de un personaje imprescindible para Cieza que ha de ser recordado como un periodista y escritor de gran talento.


9.24.2014

JORGE CELA TRULOCK, AUTOR DEL Nº 14 DE ACANTO

Es para el Grupo de Literatura La Sierpe y el Laúd una gran satisfacción anunciar que el periodista y escritor, JORGE CELA TRULOCK, será el próximo autor de un nuevo número de nuestra colección de libros Acanto, el que será su Nº 14.

Escritor prolijo con más de 20 libros en el mercado, ganador de Premios literarios como el Ateneo de Valladolid, Principado de Asturias o el Antonio Machado de narraciones breves, Jorge Cela es además de un excelente escritor, un buen conocedor de la vida literaria de este país, tanto por él mismo como por su vida junto a su hermano, nuestro Nobel más cercano en el tiempo, Camilo José Cela

En el mes de Noviembre, cuando presentemos su libro de Acanto, tendremos ocasión de oírlo, leerlo y gozar de su grata conversación. 

Más adelante daremos más información de todo este evento literario. 

7.30.2014

...Y SE HIZO LA RUTA MANOLO DATO, ENTRE AMIGOS.























(Fotografías de Galindo, Conrado, Pascual, Motellón,...que hicieron la ruta con casi 100 personas más)
I Memorial Manolo Dato, 27-julio-2014.

7.19.2014

RUTA DE SENDERISMO: MANOLO DATO








(algunas fotos del acto)
La Biblioteca Municipal de Cieza, Padre Salmerón, ayer viernes se Presentó un nuevo sendero local, bautizado como MANOLO DATO en recuerdo de nuestro compañero en La Sierpe y el Laúd fallecido el 27 de julio de 2013. Se trata de una iniciativa promovida por el Grupo de Senderismo y Montaña El Portazgo, de Cieza.
En la presentación tomaron la palabras varios miembros de ese grupo, así como el Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Cieza y el hijo del homenajeado (también Manolo) para comentar que el objetivo de la creación de esta nueva ruta es hacerle un homenaje a quien, sin ser un senderista, sí fue un caminante permanente y conocedor de cada rincón de nuestro entorno natural.
Todos los participantes hicieron referencia a nuestra asistencia y a los actos de homenaje que La Sierpe y el Laúd le hicimos a nuestro compañero y poeta en mayo, lo cual agradecemos sinceramente.     

Se anunció la actividad prevista para su inauguración, que será el próximo domingo 27 de julio, a partir de las 7.30 horas, con salida desde el Molino de Teodoro. La ruta estará perfectamente señalizada y tiene una longitud de 8 kilómetros con un desnivel acumulado positivo de 360 metros, que según los del Portazgo es una ruta de fácil recorrido.

Un nuevo acto de homenaje a Manuel Dato, una de las mejores "personas humanas" que hemos conocido y tenido la suerte de tener como miembro de La Sierpe durante casi 30 años.

6.27.2014

LITERATURA Y LIBERTAD EN OCTAVIO PAZ


(Artículo publicado en El Mirador, escrito por Rosa Campos, miembro del Grupo de Literatura La Sierpe y el Laúd)

 Este año se celebra el centenario del nacimiento de Octavio Paz (México, 1914-1998), poeta, ensayista y diplomático, Premio Cervantes (1981) y Nobel de Literatura (1990). Este coloso de las letras mejicanas dijo: “Pronto descubrí que la defensa de la poesía era inseparable de la defensa de la libertad", frase que nos va a servir de hilo conductor en este breve acercamiento a su trayectoria literaria, como particular y sencillo homenaje al combativo y controvertido escritor que trató temas prolíficos desde la poesía y el ensayo. En cuanto a la libertad, apuntó lo siguiente en una de sus conferencias sobre literatura: «La prueba de la libertad no es filosófica sino existencial: hay libertad cada vez que hay un hombre libre, cada vez que un hombre se atreve a decir No al poder. No nacemos libres: la libertad es una conquista, y más: una invención» .

Fundó varias revistas culturales, iniciándose a los diecisiete años con Barandal, donde publicaría su primer poema; Vuelta, la última, recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades (1993). En 1937 viaja a Yucatán como miembro de las misiones educativas, impulsadas por el General Lázaro Cárdenas, donde se fundó una escuela para hijos de obreros y campesinos, de aquella experiencia cuenta: «Yo era un muchacho de la burguesía, que tenía ideas revolucionarias, pero que no tenía un contacto real y verdadero con la gente, de pronto lo tuve, y conocí lo que era realmente el hambre cuando en los primeros días uno de los chicos se desmayó y cayó al suelo. Esto fue muy importante en mi vida, saber que hay gente que no come o que come mal». Ese mismo año fue invitado a venir a España a intervenir en el II Congreso de Escritores Antifascistas. Simpatizó con la causa republicana, tomando contacto con quienes colaboraban en la revista cultural Hora de España, sintiéndose influido por los autores de su literatura –dirá: «yo descubrí la poesía moderna en los poetas españoles» –, y por su ideas políticas, pero en los años cuarenta la afinidad política fue perdiendo fuerza por algunos actos que reprobaba. En 1950 escribe un texto en el que denuncia lo que está sucediendo en la URSS gobernada por Stalin. Fue difícil su publicación –lo haría Sur, revista literaria argentina– convirtiéndolo en uno de los primeros que denunciarían lo que más tarde se evidenciaría. Todo esto, y su cambio hacia pensamientos liberales –de los que también llegó a distanciarse más tarde, criticando los abusos del mercado neoliberal– le granjearía rechazos. Ante lo que le provocaban las situaciones con las que se iba encontrando ejerció el pensamiento crítico, sin miedo al choque con el que se encontraría por su posicionamiento ideológico y por sus textos, como le sucedió al publicar El laberinto de la soledad (1950), considerado un magnífico e innovador ensayo, escrito para entender el pensamiento y la realidad de su país, y cuya lectura no cayó bien a algunos paisanos.

En 1943 una beca le permitirá ir a estudiar a Berkeley; después se quedará en Nueva York, teniendo para comer, pero no para abrigarse: «Gracias a Ciro Alegría pude doblar una película y con eso me compré un abrigo y me salvé de la pulmonía que me esperaba». Es tiempo en el que escribe y sigue siendo libre, mas la literatura no le da para vivir; un amigo de su padre, y ministro de exteriores de México, le persuade de que se presente a examen para diplomático, lo aprueba. Será destinado a París, donde se viven los últimos años del surrealismo, en el que verá espiritualidad, y del que su obra literaria tiene connotaciones. En París defenderá a Buñuel de la intelectualidad mexicana que lo ataca por Los olvidados, película que cuenta una historia trágica y realista sobre la vida de unos niños en un barrio marginal de Ciudad de México –premio al mejor director en Cannes–. Paz, eslabonando de nuevo los dos conceptos, escribió un texto que repartió personalmente a la salida de aquella exhibición, en él decía que «era un hecho poético, que se acercaba a las pinturas de Goya en la medida en que se acercaba a una realidad adolorida, herida, pero no lo hacía para cuestionarla ni denigrarla, sino para superarla a través del arte».

En 1968, tras la masacre de Tlatelolco –el ejército mejicano asesinó a un número todavía desconocido de estudiantes– dejará su cargo de embajador en la India. Sobre su trabajo como diplomático del gobierno dirá: «fue una contribución más bien dudosa y que en cierto modo no me siento orgulloso de ella, creo que los escritores debemos permanecer lejos de los partidos políticos, y de las iglesias».

La literatura y la libertad fueron ejercidas por el poeta de `Piedra de Sol´ – su obra maestra–quien, según Elena Poniatowska, solía decir a sus amigos y compañeros de oficio: «El escritor no tiene la obligación de mejorar directamente la situación del país, el escritor tiene otra obligación: decir la verdad, por lo menos su verdad, aunque resulte escandalosa o desagradable. Que alguien se atreva a sacudir a la burguesía mexicana, a los políticos en su poder, los banqueros en su dinero, los líderes en sus mentiras. Toda esa gente está sentada en la pobreza del pueblo». Literatura y libertad, qué gran combinación para el discernimiento.